

En el año 2004, Fender decidió fabricar una réplica exacta de esta guitarra, incluidas las imperfecciones, golpes y desconchados de la original. Se fabricaron 275 unidades de esta edición limitada de la “Blackie” al módico precio de 20.000 euros. La historia de la original comenzó en 1970 cuando Eric Clapton entró en una tienda de Nashville y se quedó sorprendido ante los precios casi de saldo a los que se encontraban una serie de guitarras Fender Stratocaster, modelos que se empezaban a quedar anticuados para la época. Se enamoró de esta Fender negra con corazón blanco, que seria su fiel compañera durante quince años.
Blackie, cobro gran protagonismo en la carrera de “Mano lenta”, apodo con el que fue bautizado Eric Clapton por su manager, no por su velocidad a la hora de tocar, si no por el ritual que llevaba a cabo en cada concierto a mediados de los 60 cuando militaba en los Yardbirds y se le rompía una cuerda de la guitarra durante la actuación. Lejos de cambiar de guitarra o retirarse del escenario para cambiar la cuerda, realizaba la operación delante de su público con toda tranquilidad mientras estos aplaudian lentamente (slow handclap en ingles, esto degeneró a Slow hand = mano Lenta).
La guitarra fue protagonista de varias portadas de sus discos, como la del disco “Slowhand” donde se podía apreciar la quemadura de su pala al dejar Clapton un cigarrillo prendido entre las cuerdas. Otras portadas en las que apareció fueron las del “Backless”, “Just one night” y la del “Timepieces”.
En 1985, y tras quince años de uso continuado:tanto en el estudio como en directo, Clapton decide jubilar a Blackie, aunque su cuerpo y la electrónica estaban en buen estado, el mástil no podría soportar otro cambio de cuerdas. Solo volvió a usarla una vez en 1991 en el Royal Albert Hall de Londres.