La botella y la etiqueta cuidada pueden aportar un toque de exclusividad al vino pero, la utilización de vidrio en las botellas de vino no se limita a una simple estrategia de marketing.
Un vino realmente exclusivo y de calidad no es fruto solo del marketing sino de todo el cuidado durante el proceso que sigue, hasta tenerlo en nuestra bodega. El cuidado de las uvas, la elección del barril, el tiempo de fermentación y muchos detalles más pueden marcar la diferencia.
En relación a la botella, y obviando el marketing, la utilización del vidrio responde a varias necesidades para mantener su esencia en perfectas condiciones durante el tiempo que se mantenga preservado, esperando la ocasión ideal para disfrutarlo.
Además, el vidrio es un material totalmente reciclable. Si bien ese detalle no altera en nada la calidad y exclusividad del vino en cuestión, es importante tenerlo en cuenta si queremos disfrutar de un buen vino de forma totalmente sostenible.
Un sabor puro y exclusivo
El vidrio es un envase inerte e impermeable. Este material no altera el sabor, el olor ni la composición del vino, consiguiendo que se mantenga puro hasta el momento de abrirlo, airearlo y disfrutarlo. Además de estable, es resistente a los agentes atmosféricos y a las diferencias de temperatura, sin sufrir cambios significativos dependiendo del frio o del calor al que se encuentren. Otros tipos de envases, como los plásticos o de cartón, tienen permeabilidad frente al oxígeno y terminarán por transferir un gusto y olor desagradable al vino, interfiriendo también en su composición. Una alteración del vino implica no disfrutar de lo que se ha adquirido sino de un producto de peor calidad causado por un almacenamiento menos adecuado.
Otro detalle muy cuidado en las botellas de vidrio cuando hablamos de un vino exclusivo y de calidad es el color de la botella. La elección de color, una vez más, puede parecer un simple truco de marketing, incluso puede que lo sea en algunos casos, pero la realidad es que tiene una gran importancia en la conservación del contenido.
El camino del vino desde el barril hasta nuestra bodega personal no se realiza con medidas controladas de radiación luminosa. Y la radiación solar o la luz artificial va a interferir con la oxidación y evolución del vino. Por ello, las botellas deben tener un color adecuado para proteger el contenido de la luminosidad que pueda alterar sus propiedades.
Las botellas de color transparente apenas detienen las radiaciones que les llega y se utilizan para vinos que serán consumidos de forma rápida. Los vidrios verdes aumentan bastante la protección del vino pero es, sin duda, el vidrio ámbar o topacio el que más protección confiere, asegurando una estabilidad organoléptica ideal.
Aunque el color confiera protección al contenido de la botella, es importante que sea posible visualizarlo y comprobar su calidad a la vista.
Es por este motivo que, sin duda, un vino exclusivo y de calidad debe ir siempre en una cuidada botella de vidrio. Solo así es posible asegurar que el producto llegará a la copa en perfectas condiciones, a la altura de todos los cuidados dispensados durante el proceso. De todos modos, y aunque el vidrio es un material estable y que mantendrá el vino en perfectas condiciones, es aconsejable protegerlo en un ambiente adecuado hasta el momento de servir.
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