

Igual que si hablamos de gastronomía, España sale en los radares de asociación por la calidad de sus productos; si nos adentramos en el lujo de los relojes, la ciudad de Ginebra es un distintivo muy característico.
Fue a comienzos del XVII cuando la fabricación de relojes conoció su mejor época en la ciudad suiza. La calidad extrema de estos aparatos quedaba rápidamente garantizada al llevar grabado el nombre de ‘Geneva’. No obstante, algunos fabricantes se aprovecharon de ese hecho para hacer constar el mismo distintivo a pesar de no ser relojes fabricados en ese territorio.
La Asociación de Relojeros de Ginebra (fundada en 1878), solicitó al Parlamento de la ciudad la promulgación de una ley por la que se creaba un sello de autentificación: ‘Punzón de Ginebra’. Es por eso que esa ‘marca’ representó y representa hoy en día la identidad regional y la garantía de las mejores tradiciones suizas en la fabricación de relojes.
‘Punzón de Ginebra’ avala el origen de este movimiento, sus resultados y su fiabilidad a largo plazo. Es un símbolo relojero que aporta una definitiva distinción entre la rareza y la exclusividad, y por supuesto se escapa al alcance de muchos de nosotros, puesto que sus precios van acorde al nivel de lujo que se esperaba de él.
Para obtener el ‘Punzón de Ginebra’, cada uno de sus componentes ha de haber sido aprobados con anterioridad. Los movimientos deberán cumplir tres condiciones de admisión que se exigen a todos: estar fabricados de acuerdo a unos estándares de manufactura (entre los que se incluyen la durabilidad y la calidad de los acabados), ser ensamblados en el Cantón de Ginebra y estar numerados de manera individual.
Además también cuenta con una serie de criterios técnicos y estéticos que deben cumplirse: bordes de tornillos y hendidura pulidas y biseladas, puentes y ruedas achaflanadas, sello grabado en el puente, rochete y rueda de corona dorados, sistema micro regulador de cuello de cisne, espiral fija en la placa de articulación con pitón, rueda de escape pulida y rubíes mate engastados en orificios pulidos.