

El yate privado más grande del mundo cuenta con una eslora de 168 metros de larga, en sus nueve plantas puede alojar a 62 invitados y 50 miembros de la tripulación, tiene dos helipuertos, un lujoso Spa en su interior y cuenta con hasta un pequeño submarino por si hay que abandonar el barco de forma precipitada. La seguridad del yate es máxima, su estructura cuenta con un grueso blindaje, los cristales son a prueba de balas, posee una sala de vigilancia con circuito cerrado de televisión, sensores de movimiento y el Eclipse es el primer yate privado en el mundo que cuenta con un radar antimisiles.
Su interior derrocha lujo y elegancia, en él podemos encontrar de todo: varios jacuzzis, comedores, piscina climatizada, una discoteca, sala de cine y otra para celebrar reuniones. Las suites de los invitados disponen de las más avanzadas tecnologías y cuentan con todo tipo de comodidades. El dormitorio principal, donde se aloja el magnate ruso, cuenta con una superficie de 500 metros cuadrados.
En el Eclipse se esconden varias lanchas rápidas, motos de agua y un helicóptero. En definitiva, el yate, se convierte en una auténtica fortaleza flotante con capacidad para moverse a altas velocidades. Un capricho más para el oligarca ruso, poseedor ya de una larga lista de yates, aviones y automóviles de auténtico lujo, que no hacen otra cosa que engordar su vasto patrimonio y le sirven como excusa para derrochar su impresionante fortuna.