

Su estiloso cuerpo es realmente atractivo y muy ligero (no llega a los 300 gramos con batería). En su interior se encuentra el gran secreto de estas cámaras con alma de réflex, el sensor Exmor APS HD CMOS con una resolución de 14 megapíxeles. Su aspecto externo no difiere mucho del de una compacta pero sus objetivos intercambiables la delatan. Entre sus características destacaremos la ráfaga de 2.3 fotogramas por segundo o de 7 si la utilizamos en modo velocidad, la sensibilidad se mueve entre 200-12800 ISO o el enfoque por contraste. Puede usar tarjetas SD, SDHC, SDXC y las propias de la casa nipona Memory Stick Pro.
Las Sony Nex cuentan con varios modos de ayuda para la toma de imágenes, como el control que nos ayuda a tomar fotos panorámicas y que en breve contará con la tecnología 3D, pudiendo ver el resultado en los televisores 3D Bravia compatibles mediante conexión HDMI; el modo HDR, de detección de sonrisas y rostros, además de multitud de ayudas a las que podemos acceder fácilmente gracias a un conjunto de menús muy intuitivos.
El flash viene integrado en el cuerpo de la cámara y la pantalla de tres pulgadas abatible dispone de la tecnología XtraFine TruBlack LCD con una resolución cercana al millón de píxeles y regulación del ángulo 80 grados hacia arriba y 45 grados hacia abajo.
Tanto la Nex 3 como la Nex 5 son capaces de grabar en vídeo, la primera lo hace con una resolución máxima de 720 p en MPEG-4, mientras que la segunda lo hace a 1080i en AVCHD y 17 Mbps de calidad. Ambas cuentan con un micrófono estéreo incorporado para el registro de sonido.
La Sony Nex 3 cuesta 500 euros junto con el objetivo E de 16 mm, mientras que la Sony Nex 5 con el mismo tipo de lente sube a los 600 euros.
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