

El monumento ha sido diseñado por Jerry Judah y ha sido construido enteramente en acero. Las 40 toneladas de peso se sujetan por la base sin necesidad de apoyos adicionales. Ubicado frente a la mansión de Wex Sussex, han sido necesarias varias grúas con una pluma de cien metros de altura y el trabajo intensivo de más de una decena de profesionales durante un mes para poder anclarla al suelo.


Lo que el arquitecto pretende con su obra es fusionar en la misma las cualidades de la marca de los aros, innovación, prestigio y deportividad, sin olvidar su pasado glorioso.
El monumento representa una especie de carretera en la que se cruzan el pasado más glorioso de la marca, un Streamliner Auto Unión de 1937, y en su parte más alta un R8 de última generación.


El Streamliner, fue diseñado por Ferdinand Porsche en los años 30. Con él, Audi, batió varios records de velocidad en aquella época. Montaba un impresionante motor capaz de entregar hasta 520 CV de potencia, con el que llegó a alcanzar los 408 Km. /h de velocidad punta tras ir pulverizando sus propias marcas hasta en quince ocasiones.


La nueva joya de Audi colocada en el otro extremo es el superdeportivo R8 5.2 con un motor FSI de 10 cilindros dispuestos en V, con una potencia muy similar a la del Streamliner, está valorado en más de 160.000 euros.
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